martes, 20 de septiembre de 2011

COMPARACIÓN ENTRE LA TEORÍA ECONÓMICA KEYNESIANA Y LA TEORÍA ECONÓMICA NEOLIBERAL


En primer lugar hay que ubicar en el contexto histórico las diferentes teorías con el fin de entender su racionalidad y la de las orientaciones y medidas que proponían adoptar. El neoliberalismo surge en los primeros años del siglo pasado, al beber de diferentes fuentes, pero tomando como base la teoría de Adam Smith, que interpretada por los modernos economistas, habría dejado como legado al sistema económico actual los siguientes aspectos:
“a) El reconocimiento de una naturaleza humana esencialmente egoísta e individualista; es decir, determinada por la búsqueda del interés propio.
b) La reivindicación de la libertad individual como fundamento para el desarrollo de la personalidad y la obtención de bienestar.
c) La tendencia a cooperar voluntariamente a través del intercambio con el fin de encontrar en otros la satisfacción de intereses egoístas e individualistas propios.
d) La idea de que el intercambio, por acción de la mano invisible, produce efectos autorreguladores que permiten no sólo el logro  de objetivos propios, sino que se traducen en bienestar para la sociedad.
e) La tesis de que para realizar ese intercambio no es necesaria, en consecuencia, la acción de agentes externos, coercitivos o violadores de la libertad individual.”(1).
Sin embargo, como bien lo anota Jairo Estrada Alvarez, la teoría de Smith no fue entendida a la luz del contexto histórico, de las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de Inglaterra en el siglo XVIII. Los neoliberales la redujeron sólo a economía de mercado.
El neoliberalismo alemán (Escuela de Friburgo), con base en esa libertad individual, la libre iniciativa y la noción de un estado diseñado para mantener el orden público, estableció la relación funcional entre libre mercado y democracia.
El fundador de dicha escuela de pensamiento, Franz Bohm, planteó la necesidad de construir un sistema económico en forma de orden jurídico, es decir, traducir al lenguaje del derecho , las concepciones económicas del neoliberalismo. “La economía de mercado fue definida como un orden para la preservación de la libertad, cuyo fundamento sería la interrelación entre el orden económico y el orden político. (2)
(1)   Estrada Alvarez, Jairo (2004).  Construcción del modelo neoliberal en Colombia.  1970-2004. Ediciones Arana. Bogotá. Página 14.
(2)   Ibid. Página 17.




Posteriormente desarrolla Walter Euken el concepto de orden económico, al establecer de la siguiente manera la diferencia entre  economía libre y un orden de competencia: “En una economía libre el Estado No determina ni el orden económico ni el proceso económico cotidiano. En un orden de  competencia, el orden económico es regulado por el Estado, más no el proceso económico cotidiano, el cual se desenvuelve con fundamento en decisiones libres de las economías domésticas y las empresas”.
Este pensamiento daría origen posteriormente a la llamada economía social de mercado, donde el Estado trataría de crear las condiciones  adecuadas para el equilibrio del mercado.
Sin embargo, pocos años después de que los teóricos alemanes expusieran sus tesis, aparece el concepto del Estado de Bienestar. Acababa de pasar la Gran Depresión de 1929 y el mundo capitalista estaba sumido en la más profunda crisis de su historia hasta ese momento, caracterizada por altos niveles de desempleo y bajos niveles de consumo y comercio exterior.
En su “Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero,” en 1936, el economista inglés John Maynard Keynes, desarrolla el concepto de demanda agregada para explicar la variación en la actividad económica.
Como el ingreso total de la sociedad está compuesto de consumo e inversión, Keynes dice que es necesario aumentar el gasto del gobierno para alentar ese consumo y esa inversión, por ejemplo, a través del impulso de obras públicas, tales como carreteras y puertos.



A partir de ahí el Estado empezó a ganar un creciente protagonismo. “…  el papel del estado ya no se  limitó a brindar la defensa nacional, elaborar políticas y dar protección contra incendios, una estructura legal o algunos servicios básicos, sino que a regular las empresas, a crear una estructura legal y a proporcionar una amplia diversidad de  bienes y servicios” (3).
Después viene la Segunda Guerra Mundial y la consecuente destrucción de Europa y Japón (bombas de Hiroshima y Nagasaki), que fueron  reconstruidos gracias al Plan Marshall adelantado por Estados Unidos, que se consolidó como la gran potencia económica, militar y política.
(3)     Clement N, y Pool, J (1.988). Economía, enfoque para América Latina. Bogotá. Mc Graw Hill, página 127.

Los países poderosos fijaron su mirada luego en los países subdesarrollados de América Latina, Asia y Africa, al considerar que necesitaban de la inversión de sus empresas trasnacionales para modernizar sus aparatos productivos. Por esa misma época estos países caen en la cuenta de la desigualdad de las relaciones de intercambio comercial con los países industrializados, pues mientras ellos proveían productos básicos  (cobre petróleo, café y banano) y materias primas (algodón y telas), los países del norte vendían productos elaborados y maquinaria industrial, a unos precios cada vez más altos y más difíciles de pagar o que requerían mayor envío de productos desde los países subdesarrollados.
Surge el llamado modelo cepalino (Cepal) (4), cuyo principal objetivo era la industrialización por sustitución de importaciones de los países de la región.
Con Keynes y el economista argentino Raúl Prebisch, en cuyas ideas se inspiró la Cepal, se pasa de una economía de mercado a una mixta, donde ya las fuerzas del mercado (oferta y demanda) están complementadas y a  la vez reguladas por el accionar del  estado.
Nace el concepto del Estado de Bienestar, que en los países desarrollados tenía como objetivos impulsar políticas contra cíclicas y buscar la estabilidad macroeconómica, mientras que los países subdesarrollados se establecían metas si se quiere de mayor impacto social, tales como generar mayores oportunidades de empleo, estabilizar los precios de la economía y lograr mayores niveles de crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto: valor de todos los bienes y servicios de una economía).
 El Estado brindaba subsidios para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, por ejemplo para la adquisición de casa propia y para el caso colombiano aparecen instituciones como las cajas de compensación familiar, que a decir de su propio fundador don José Gutiérrez Gómez, buscan “compensar” a los trabajadores ante el deterioro de sus ingresos por efectos de la inflación de postguerra.
El 30 de agosto de 1954 nace Comfama, con el doctor Alfonso Restrepo Moreno como director… inicia sus labores con 45 empresas afiliadas y fundadoras. Los primeros subsidios se pagaron a razón de ocho pesos mensuales por cada hijo”. (5).

(4)     Cepal: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, establecida el 25 de febrero de 1948, y comenzó a funcionar ese mismo año.

Claramente puede verse que el objetivo del Estado de Bienestar es de alguna manera remediar o “paliar” los problemas que deja el capitalismo, como la acumulación excesiva de capital en unos pocos, mientras aumenta la cantidad de desempleados y personas que no tienen mayores oportunidades.
Como es bien sabido las cajas de compensación familiar se nutren de los llamados recursos parafiscales del 9% sobre la nómina (2% para el ICBF, 3% para el Sena y 4% para las cajas). No obstante, hoy son empresas con una orientación social, pues buscan llevarle a los trabajadores servicios de salud, educación, recreación y capacitación, entre otros y son entidades fortalecidas patrimonialmente, que incluso ya tienen tantas “unidades de negocio” que solamente dependen (por lo menos las más grandes) de ese 4% de la nómina de los empleadores en alrededor del 30%, lo que quiere decir, que el resto de sus ingresos lo generan ellas mismas.
Sin embargo, constantemente se escuchan en Colombia voces de clara orientación neoliberal, como las de ANIF y Fedesarrollo, en el sentido de que hay que quitarle esa carga a las empresas y eliminar el 9% de impuesto a la nómina, con el fin de que las empresas sean más competitivas. Olvidan que “…son los obreros y los empleados quienes sostienen con impuestos (directos e indirectos) y deducciones (por ejemplo la retención en la fuente) a sus ingresos la mayor parte del Estado benefactor, por lo que no se podría afirmar, como lo hacen los neoliberales que la pretendida nivelación de ingresos a través de los efectos redistributivos del gasto provendría de  principalmente de la actividad empresarial o del impuesto a sus propiedades” (6).
Habría que añadir que esas mismas instituciones recomiendan al gobierno la venta de empresas como es el caso de Isagèn, con el fin de reducir el déficit fiscal, siguiendo una clara recomendación del llamado Consenso de Washington y en una evidente orientación monetarista del corte FMI (Fondo Monetario Internacional).
Pero además el gobierno Uribe diseña todo un programa orientado a dar subsidios directos, no a los pobres, sino a los ricos, como es el aberrante caso de Agro Ingreso Seguro, donde en una clara política “redistributiva” le entregó recursos a los grandes terratenientes por más de 300 mil millones de pesos (de a 4 y 5 10 mil millones a cada beneficiario), pero a los pequeños productores, les dio créditos de uno, dos y tres millones de pesos.
Como bien lo dice Jairo Estrada Alvarez en su texto, el Neoliberalismo en su crítica al Estado de Bienestar o Benefactor, deja de lados, seguramente deliberadamente, tres aspectos:

(6)    Estrada Alvarez, Jairo (2004).  Construcción del modelo neoliberal en Colombia.  1970-2004. Ediciones Arana. Bogotá. Página 30.

“Primero, el papel desempeñado por el sistema de subvenciones y subsidios al capital durante la fase del consenso de acumulación. Segundo, los costos del proceso de endeudamiento público y su efecto favorable al desarrollo de otros sectores de la actividad económica del capital, especialmente del sector financiero. Tercero, los crecientes gastos en seguridad y defensa para la preservación del orden establecido.” (7).
Para el primer caso creo que es suficiente con volver a mencionar el caso de Agro Ingreso Seguro, pero  igualmente hay que hacer referencia a los recursos que ha dado el gobierno a sectores productivos como el floricultor y el bananero para compensarlos por la revaluación del peso frente al dólar y que en 2008, sumaron cerca de US$600m.
Quiero hacer énfasis en los dos últimos aspectos ya para terminar este ensayo. Para nadie es un secreto la crisis económica que se vivió a nivel mundial el año pasado, obviamente con repercusiones  en Colombia. Tres datos ilustran este aspecto que destaca el analista en el texto, el primero la cifra de US$700m, que le inyectó el gobierno Obama al sector financiero (Algo similar había ocurrido en Colombia en la crisis 99-2000 cuando Pastrana le inyectó al sector financiero colombiano $1.billòn). El tercer dato serían las ganancias de la banca colombiana el año pasado ($5.4 billones, con aumento del 12% frente al 2008), en una época de plena crisis. Es decir, en época de auge el sector financiero gana mucha plata y en época de depresión, no pierden sino que gana menos, o mejor dicho sus ganancias crecen a menor ritmo.
El otro aspecto, que es bien diciente, es el del gasto militar en nuestro país, que está ligeramente superior al 5% del PIB, entre el 2002 y el 2008, es decir en el extendido mandato de Alvaro Uribe.
(7)    Ibid. Pàgina 31.

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